IA (por Iñaki Ascacibar)

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¿Qué es la Inteligencia Artificial, o IA, si preferimos su versión reducida?

De acuerdo a la definición de la RAE, es la Disciplina científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico.

Tech target lo simplifica al decir que es La simulación de procesos de inteligencia humana por parte de máquinas.

Wikipedia llega al extremo cuando dice que es La inteligencia exhibida por máquinas.

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El origen de la Inteligencia Artificial se remonta a 1950, año en el que Alan Turing dio a conocer su famoso test para averiguar si una máquina podía considerarse inteligente, y ya posteriormente en 1956 cuando se acuñó propiamente el término Inteligencia Artificial.

Durante los primeros años el interés por la IA fue en gran parte teórico, y aunque se probaron diferentes enfoques y nuevos lenguajes de programación los resultados fueron escasos y desconocidos para el gran público.

Sin embargo, a finales del siglo XX empezaron a desarrollarse programas cada vez más avanzados y “humanos”, enfocados a problemas que hasta entonces no habían podido abordarse con una programación más convencional. En un concurso de 2014, el programa Eugene Goostman consiguió engañar al 33% de un jurado de 150 personas, lo que por algunos medios se consideró la primera vez que se superaba el test de Turing a pesar del resultado y el alcance limitado del programa (emulaba a un niño ucraniano de 13 años contestando en inglés).

En 1997, el programa de ajedrez de IBM Deep Blue derrotó al maestro Kasparov por primera vez, pero necesitó que un grupo de expertos estuviera previamente programando (o, ¿sería mejor decir enseñando?) a la máquina durante mucho tiempo antes de conseguirlo.

Sin embargo, la necesidad de tutelar el aprendizaje de las máquinas ha dejado de ser necesaria, y lo vimos a finales de 2017 cuando Google anunciaba que su ordenador Alphazero, sólo a partir de las reglas del movimiento de las piezas de ajedrez, había sido capaz de aprender a jugar en tres horas y derrotar al mejor jugador del mundo (Stockfish, otro programa informático) en todas las partidas, y ya en 2018 lo conseguía también con el mejor jugador de Go (humano en este caso).

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En 2015 un grupo con más de 1.000 expertos investigadores y científicos previnieron al mundo sobre los riesgos de la Inteligencia Artificial, y de nuevo en agosto de 2017, 116 especialistas en robótica firmaron una carta a las Naciones Unidas alertando de los peligros de la IA aplicada a sistemas de armas autónomas (LAWS). Las declaraciones de Elon Musk alertando de que probablemente esto sería el origen de la III Guerra Mundial, una intervención amplificada por la visibilidad del personaje y el sensacionalismo de la prensa, provocó una explosión informativa que colocó a la IA en portada durante varias semanas.

¿Por qué tememos a la IA?

¿Que la hace diferente de la informática tradicional?

Con independencia de la definición que elijamos, lo que hace a la vez potente y temible a la IA es su capacidad de tomar decisiones ante situaciones no previstas.

La informática hasta ahora había sido determinista, y seguía las instrucciones programadas por un humano que había tenido en cuenta todas las alternativas y elegido la respuesta adecuada a cada situación. Por tanto, un imprevisto en su funcionamiento se debía sólo a un fallo humano en la programación, o a un problema físico del hardware.

Sin embargo, una máquina dirigida por inteligencia artificial es capaz de aprender y tomar decisiones de forma autónoma. No tememos que la máquina sea más rápida, fuerte o incluso inteligente que nosotros (esa competición ya la perdimos hace tiempo) sino que, por su capacidad de aprender y acometer problemas nuevos, será imposible de controlar en situaciones imprevistas. Son sistemas que soltamos ahora y no sabemos dónde acabarán, y eso puede ser simpático cuando juegan al ajedrez, pero asusta cuando un grupo de irresponsables puede haberles dotado de armamento letal.

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En el momento actual, los sistemas dirigidos por Inteligencia Artificial empiezan a ser capaces de aprender por sí mismos, y lo único que les falta es la voluntad para decidir que quieren hacerlo. Para ello necesitan todavía que alguien los coloque en posición y active el proceso, pero siempre encontrarán personas dispuestas a hacerlo: unos para bien (diagnóstico médico, conducción autónoma, reconocimiento de voz…), otros para su beneficio (prever la evolución de la bolsa, marketing y publicidad…) y por último un grupo que confirmará los peores presagios sobre la IA al ponerla en el camino de la guerra y el terrorismo.

La utopía de una inteligencia artificial que sea capaz de razonar por sí misma y trascender la visión de su creador no ha llegado todavía, pero ya existen sistemas que, más o menos autónomos, actúan bajo la supervisión de personas o grupos de interés para su exclusivo beneficio. La cuestión no es si podemos fiarnos de que la IA no escape a nuestro control y empiece a tomar decisiones autónomas contra nuestros intereses, sino si podemos hacerlo de los que ya hoy están dirigiendo su funcionamiento.

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¿Llegaremos a ver la pesadilla de Skynet exterminando a la raza humana?

No creo.

La IA agitada por manos humanas nos atacará mucho antes.


IA (Iñaki Ascacíbar, por el momento)

3 respuestas a “IA (por Iñaki Ascacibar)

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  1. A mi me parece interesante el cómo los avances en la IA, pueden a su vez influir en el estudio de la inteligencia humana y su posible mejora. Es posible que sea un campo de estudio que crea sinergia entre ambas partes, que se mueve en los dos sentidos…

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