James Flynn recapitula su exploración sobre la inteligencia humana durante 40 años

En un artículo publicado en ‘Intelligence, Flynn repasa las cuatro décadas que ha dedicado al estudio de la inteligencia humana, desde 1977 a 2017.

Es una delicia y lo recomiendo con entusiasmo.

Comienza confesando que a menudo se aprende más de quien cuestiona tus opiniones, esas opiniones que se dan por hecho. Alguien que destaca en ese sentido es Arthur Jensen, con quien debatió sistemáticamente durante años. Aprovecha para comentar que –contrariamente a lo que es habitual escuchar por ahí—nunca observó “ningún atisbo de sesgo racial en él (…) subrayaba Jensen, correctamente, que debían ignorarse los argumentos retóricos en una cuestión que debía debatirse exclusivamente según la lógica y la evidencia”.

El debate con el maltratado psicólogo diferencial de la Universidad de Berkeley se centró en las diferencias que separaban a los principales grupos étnicos en los Estados Unidos. Las pruebas parecían apoyar la conclusión de que el ambiente era incapaz de explicar completamente la diferencia. Flynn tuvo que admitir que era así, pero se empeñó en llevarle la contraria a Jensen ‘peleándose’ usando las reglas de la ciencia: “las impresiones subjetivas pueden ser interesantes, pero responder a Jensen debía hacerse académicamente”.

No salió del atolladero hasta el año 2000.

El fenómeno de las ganancias generacionales fue crucial para escapar de la tupida tela de araña.

Los factores ambientales que separan a las generaciones pueden ser diferentes de los que separan a las poblaciones identificables en un determinado momento. La influencia de los factores ambientales puede ser débil en una determinada generación, pero poderosa a través de las generaciones. Esa idea estuvo detrás del modelo de William Dickens y el propio Flynn.

Las modas sociales pueden alterar los hábitos mentales de los individuos. Ejemplos son el aumento de la escolaridad, ocupaciones de mayor demanda cognitiva, y actividades de ocio de carácter cultural (“el contexto produce la diferencia (…) la sociedad provoca el desarrollo o la atrofia de las habilidades cognitivas según sus propias preferencias (…) la sociedad no puede avanzar si los ciudadanos no responden”).

2018 - Flynn A

Leyenda de la Figura: Tres alternativas para explicar las diferencias que separan a los grupos y las diferencias que separan a los miembros de un determinado grupo.

La perspectiva de Flynn se basa en ignorar las premisas de Jensen. No hay escapatoria si no se sale de su círculo. Se debe admitir que los factores ambientales usuales son mucho más potentes para explicar las diferencias que separan a las poblaciones que las que separan a los individuos de cada una de esas poblaciones.

Las restricciones que impone la psicometría serían inválidas para comprender lo que sucede socialmente a través de las generaciones (o al dar cuenta de qué factores separan a distintas poblaciones en un determinado momento). El argumento válido en una determinada generación, es inválido para encajar la dinámica social. Un ejemplo revelador es el aumento de CI en Irlanda: en 1971 era de 87, en 1991 era de 94, en 2000 era de 95 y en 2009 era de 100. El aumento de la demanda social provocó el incremento en los niveles de CI de la población irlandesa.

El cerebro humano, por supuesto, no escaparía a las influencias del ambiente.

Al igual que sucede con las habilidades cognitivas, que actuarían de modo funcionalmente independiente en el mundo real, las regiones del cerebro cambiarían según las demandas.

El ejemplo de los taxistas y de los conductores de autobús de la ciudad de Londres es paradigmático. Los primeros someten a demanda sus hipocampos y el tamaño de esa región del cerebro aumenta. En los segundos no existe esa demanda porque las rutas están pre-establecidas y sus hipocampos serían equivalentes a la población general. Flynn predice que el uso actual de navegadores tendrá un efecto negativo sobre la estimulación del hipocampo.

También discute las tendencias disgenésicas, es decir, el supuesto deterioro genético de la población debido a que se reproducirían en mayor grado los individuos peor dotados. Usa un ejemplo para revelar que el contexto puede corregir ese ‘problema’. Imaginemos que se observa una tendencia disgenésica en la variable estatura. Las mejoras nutricionales promueven, no obstante, un aumento generacional promedio de la población en esa variable. Por tanto, nadie sensato concluiría que la estatura de la población declina.

En la parte final de su escrito, Flynn discute el método que ideó para averiguar cuál es el impacto efectivo del ambiente sobre el desarrollo intelectual. En esencia se basa en explorar cómo encaja el potencial genético de los individuos y el contexto en el que se desarrolla. Algunos individuos de alto potencial no lo expresarán porque el contexto se lo impide, mientras que otros de menor potencial llegarán al límite superior porque el contexto es favorecedor (“los genes establecen límites, pero, dentro de esos límites, tu destino está en tus manos”).

2018 - Flynn B

Permítanme un comentario final.

En el último epígrafe de su artículo (Welcome home), Flynn agradece a una serie de científicos que hayan contribuido a su pensamiento, a su modo de explorar la inteligencia humana: Jensen, Dickens, Nisbett, Bouchard, Ceci, Gardner, Oesterdiekhoff, Scarr y Sternberg.

Fue una grata sorpresa que me incluyera en ese breve listado.

4 respuestas a “James Flynn recapitula su exploración sobre la inteligencia humana durante 40 años

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  1. Interesante. He descargado el artículo y lo leeré. Mucho te agradecería que, si es posible, me proporcionaras el otro: Heritability estimates versus large environmental effects: The IQ paradox resolved. No tengo acceso gratuito al mismo en la UAM.
    La conclusión final la capto bien, pues de ello hemos hablado en diversas ocasiones. Otra cosa son los detalles concretos explicados en lenguaje algo esotérico de los psicólogos. Al final, en ámbitos educativos, suelo zanjar la discuión aludiendo a que genes y ambiente se reparten la influencia al 50%. La pregunta crucial, por tanto, es otra, como bien sabes: ¿qué podemos para mejorar esa parte que depende del ambiente? ¿Cómo podemos evaluar que efectivamente tiene un impacto’
    La otra pregunta clave no tiene todavía, que yo sepa, respuesta: ¿Podremos intervenir para lograr una modificación positiva de los genes que influyen en el nivel de inteligencia?

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  2. Son preguntas relevantes, por supuesto. Como sabes, estoy convencido de que lograremos encontrar el modo de mejorar el principal atributo de la humanidad con la adecuada persistencia y a pesar de los escépticos. El artículo de Protzko que comenté en este mismo foro hace días sobre por qué estamos teniendo tantas dificultades para lograrlo te puede resultar estimulante. También soy optimista con respecto a la edición del genoma humano. Si se podrá hacer para corregir problemas, por ejemplo, de salud, no veo por qué no se podría hacer para potenciar factores más generales. Saludos, R

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