Adam Chuderski publica un artículo, en el que se consideran más de mil personas, que concluye que la inteligencia puede depender de las diferencias individuales en la eficacia para procesar relaciones. No obstante, esa asociación desaparece cuando las relaciones se agrupan en una sola representación mental.
Este científico polaco somete una medida de inteligencia fluida (razonamiento transitivo) a una serie de manipulaciones experimentales para aislar el componente esencial que puede explicar las diferencias de desempeño.
Siguiendo un meticuloso procedimiento se van descartando factores como el descubrimiento de reglas. Sin embargo, el mantenimiento eficiente y la gestión de los objetivos que deben irse alcanzando durante el proceso de resolución, así como la inhibición de la información irrelevante o la integración de distintas piezas de información en relaciones complejas para vincularlas (bind) de modo significativo, pueden ser factores a tener en cuenta.
Las relaciones son esenciales para el pensamiento estructurado, y, por tanto, integrar relaciones es esencial en los test de inteligencia fluida (Gf). Las diferencias individuales en Gf pueden resultar de las diferencias de capacidad para mantener simultáneamente, a corto plazo, varias ‘vendas’ (relaciones integradas).
A través de la manipulación experimental del test de razonamiento transitivo se busca averiguar el número mínimo de vendas necesario para conservar una carga significativa en Gf. Lo que se observa, después de una serie de estudios, es que se aprecian cargas en Gf siempre que sea necesaria alguna venda, por muy simple o elemental que sea. Cuando no se requiere ese proceso de vendaje, la carga en Gf desaparece.
Los paradigmas experimentales usados se muestran en la siguiente figura, junto con los resultados de la correlación con Gf (valorada con tres test estandarizados).
Obsérvese que esa correlación solamente desaparece en la última condición (los cuadrados negros representan la correlación entre los test de Gf).
Las manipulaciones experimentales permiten llegar a las siguientes conclusiones:
1.- Introducir estímulos distractores no impacta en la correlación con Gf. Los mecanismos atencionales, por tanto, no parecen relevantes.
2.- La cantidad de información que se debe preservar a corto plazo tampoco se considera un factor clave, puesto que los estímulos a procesar están disponibles y no es necesario memorizarlos, no hay exigencia de memoria operativa en ese sentido.
3.- La integración temporal de relaciones parece ser el mecanismo esencial. No es la cantidad de relaciones, sino su fiabilidad (conexión de argumentos válidos) y su estabilidad (pueden preservarse el tiempo necesario para completar satisfactoriamente la tarea).
Por tanto, la inteligencia fluida puede no depender del razonamiento abstracto complejo, sino de la construcción on-line de estructuras apropiadas de información. Ese mecanismo básico sería crucial para el razonamiento, pero también para otro tipo de tareas (como las de memoria operativa):
“La codificación fiable de vendas mentales de información puede ser un mecanismo clave de esa construcción”.
Se supone que el resultado principal de esta exhaustiva investigación es inconsistente con nuestro modelo sobre por qué la memoria operativa y la inteligencia se encuentran intensamente correlacionadas.
Estoy en desacuerdo.
Es una errónea interpretación del autor, puesto que nuestro modelo sostiene (a partir del hecho de que la inteligencia fluida es, a nivel latente, indistinguible de la memoria operativa, de los procesos ejecutivos de actualización y de la memoria a corto plazo) que el modo más parsimonioso de interpretar ese hecho supone darle protagonismo al proceso cognitivo que indudablemente comparten esos factores psicológicos: el mantenimiento a corto plazo de la información que debe procesarse para llegar a una solución y ofrecer una respuesta.
Que esa información deba memorizarse o no es irrelevante. Que la información deba integrarse puede ser necesario o no. Aunque esté presente debe manipularse y ese proceso ocurre en la memoria a corto plazo. Ese proceso de manipulación genera una variabilidad de desempeño que se asocia a las diferencias individuales identificadas a través de los test de inteligencia fluida.
“Las limitaciones compartidas por la inteligencia y la memoria a corto plazo se basan en la capacidad para construir y mantener las conexiones relevantes” (Martínez et al., 2011).
¿Dónde está la discrepancia?
Se me escapa.
La seña distintiva del intelecto es la integración de distintas funciones psicológicas. Percibir, codificar, memorizar, aprender, asociar, razonar deductivamente, razonar inductivamente, así como comprender y producir un mensaje, son algunas de las funciones psicológicas que debe coordinarse para ofrecer una respuesta más o menos eficiente. El intelecto se encarga de esa integración, por lo que es predecible que cualquier tarea que se base en la integración se asociará significativamente a las medidas estandarizadas que valoran el desempeño intelectual.
El motivo por el que las tareas experimentales que requieren memoria operativa se asocian sustantivamente al desempeño intelectual es su necesidad compartida de integración.
Integra y vencerás.