La inteligencia temporal (por Óscar García López)

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En un par de días se estrena el Episodio VIII de Star Wars.

Estoy entre pasarme al lado oscuro y no ir a verla, o mantenerme sereno, hacer un acto de fe, creen en la fuerza e ir al cine.

Y no es un tema baladí. No sé qué pasa últimamente con el cine. Tengo la sensación de que estamos perdiendo los papeles.

Me siento un poco abuelo cebolleta diciendo esto, pero qué tiempos aquellos en los que uno acudía al cine a pasárselo bien, donde los malos eran muy malos, los buenos muy buenos, pero pasase lo que pasase, el malo perdía y el bueno ganaba. Y punto. El bueno las pasaba putas, pero triunfaba el bien y el mal era derrotado.

Creo que mi primer desencuentro llegó con ‘La Vida es Bella’ (atentos, spoilers de algunas películas durante un rato).

Recuerdo la película como algo maravilloso, donde se sucedían una detrás de otras situaciones fantásticas llenas de humor y ternura, para, de repente, que llegue el final de la película y mazazo. Se cargan a Guido Orefice (Roberto Benigni). No daba crédito. Lo que para mí podría haber sido la película del año paso a ser el bofetón del año. Salí del cine con un cabreo anormal.

Casi el mismo que tuve cuando en el Episodio VII se cargan a Han Solo. No, no puede ser, no he visto lo que acabo de ver.

¡Me quedé planchado y de una pieza en la butaca del cine!

IMAGEN 1

Sonará raro, pero soy de esos que si va al cine a ver Superman, Batman o cualquier película de súper héroes, no es para que los maten.

Es como cuando vi la primera película de 007 protagonizada por Daniel Craig.

Otro mosqueo de aúpa.

Vamos a ver, que es 007, que hablamos de James Bond, un ser que tiene la capacidad de salir victorioso de cualquier situación por muy embarazosa que sea, engañando a los malos, con los aparatitos de Q, con lo que sea. Y no, a James Bond no se le puede atar a una silla y hacerle lo que le hacen.

¡Que no, que es James Bond!

Y para colmo en otra de las películas se cargan a M.

¿Pero qué cine es este?

¿Es este el James Bond que yo estaba acostumbrado a ver con Roger Moore o Sean Connery?

Y mira que me gustan las películas de ciencia ficción y de acción, pero nada, insisten.

Casino Royale

No hace mucho que vi ‘Logan’.

¿Pero nos hemos vuelto tontos o qué?

Yo, desde luego, me niego a ir al cine para que dilapiden de golpe y plumazo toda una vida llena de alegrías, donde los malos son derrotados, los buenos ganan y se llevan a la chica (o al chico, allá cada cual).

Es posible que el cine emule la realidad.

Vivimos en un mundo en el que día a día suceden cosas que te dejan perplejo. Yo todavía sigo asombrado de que Trump haya ganado las elecciones americanas, que los independentistas catalanes hayan llegado donde han llegado, que sigan apareciendo casos y más casos de corrupción, con un goteo que parece no acabar nunca, y que el mundo, en general, siga sufriendo un tremendo desequilibrio, con una inmensa minoría súper rica y una mayoría inmensamente pobre.

A mi entender, todo eso se traduce en indicadores de que nos ha tocado vivir un tiempo donde lo que más falta son los valores.

Un tiempo donde parece que todo vale, donde el “no pasa nada” parece que es la premisa que guía la vida, o donde se puede hacer de todo con la máxima impunidad, sin que parezca que existan consecuencias.

Es evidente que sin valores no habrá buenas personas, ni un mundo mejor.

Una cita del Dalai Lama, de esas que circulan por la red, me gusta especialmente:

Lo que más me sorprende del occidental es que pierde salud para ganar dinero, y después pierde dinero para recuperar salud;

por pensar ansiosamente en el futuro no disfruta el presente, por lo que no vive ni el presente ni el futuro;

vive como si no tuviese que morir nunca y muere como si nunca hubiera vivido”.

Nuestros problemas de valores se asocian a lo mal que vivimos “el tiempo”.

Ya lo decía mi idolatrado Borges:

El tiempo es la sustancia de la que estoy hecho”.

No apreciamos el valor del tiempo, ni nadie nos enseña a gestionarlo, pero la realidad, se mire como se mire, es que el tiempo es finito para nosotros los mortales.

Tras los intensos movimientos vividos últimamente, que tratan de enseñarnos a gestionar de forma adecuada nuestras vidas, con la inteligencia emocional a la cabeza, con esa moda del “coaching” o con esa ola de ‘mindfulness’ que nos arrolla…

…pienso que es momento de que inventarnos la “inteligencia temporal”.

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Saber vivir el presente, dejándonos afectar mínimamente por el pasado o evitar condicionarnos por lo que se supone que sucederá en el futuro.

Se ayudaría a que la gente deje de vivir anclada al pasado (fíjense en esos independentistas que reivindican sucesos que ni siquiera se han producido) o que viva con el foco puesto en el futuro. No sé qué tipo de mundo o país piensa un independentista que tendría en un hipotético futuro “independiente”. ¿No tendría que pagar impuestos, relacionarse con otros países, utilizar diferentes idiomas y monedas, tal y como sucede “ahora mismo”?

Inventemos la “inteligencia temporal”.

Algunos pueden estar de acuerdo conmigo en que ayudará a fomentar los valores que valen la pena.

Otros pensarán que quiero forrarme a costa de los demás.

Ustedes mismos.

 

Un comentario sobre “La inteligencia temporal (por Óscar García López)

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  1. Buenas reflexiones, pero. .. El carpe diem es antiguo y el tiempo con kairos es más antiguo. Por otra parte, para peliculas de buenos y malos, nada como Clint Eastwood, sin perdón, Mystic River, el gran Torino…, Memorables

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